La exposición, abierta hasta finales de año, está formada por una selección de 36 obras de gran formato de Ciria, y permitirá disfrutar de una experiencia única de unión de arquitectura, arte y vino, y supone una muestra más de la pasión de la Familia Martínez Zabala por el arte y de cómo la unión de vino, arquitectura y arte son pilares básicos de su tradición y su legado.
Gumiel de Izán (Burgos), 12 de junio de 2023. Bodegas Portia, la bodega de Ribera del Duero de la Familia Martínez Zabala, acoge desde el pasado viernes la exposición “Tipologías y Paradigmas” del prestigioso artista José Manuel Ciria, comisionada por los galeristas madrileños David Bardía y María Porto.
“Bodegas Portia es una bodega única en Ribera del Duero”, señalaba Lourdes Martínez Zabala, consejera de Familia Martínez Zabala, durante su intervención. “Nuestros vinos compartirán sus espacios con las maravillosas obras que hemos albergado en nuestros botelleros, salas de barricas y otros espacios y se establecerá un dialogo hermoso de arte y vino”.
Las pinturas de Ciria representadas en esta sobresaliente muestra, probablemente determine el momento cenital de su carrera hasta este momento. Su obra goza de espontaneidad y de magia. “En esta exposición, Ciria despliega su gran apuesta por lo verdadero de la pintura, su verdad, su afirmación retórica del expresionismo abstracto bajo premisas conceptuales”, según explicó David Bardía, propietario de la galería del mismo nombre de Madrid.
El evento de inauguración contaba con la presencia del presidente de la Junta de Castilla y León, Excmo. Sr. D. Alfonso Fernández Mañueco, así como personalidades e importantes coleccionistas del mundo del arte.
El Sr. Mañueco aprovechaba su intervención para poner en valor la apuesta y la valentía de la compañía Familia Martínez Zabala por Bodegas Portia, este imperio del vino en plena Ribera del Duero burgalesa con la espectacularidad de su bodega diseñada por el estudio de arquitectura Foster+Partners como bandera, símbolo de vanguardia y de futuro engarzado en una tierra milenaria, que combina elementos arquitectónicos de una gran belleza y complejidad, el vino, gastronomía y el arte.
El presidente de la Junta felicitaba a la Familia Martínez Zabala por conquistar la excelencia, y al artista José Manuel Ciria por una trayectoria brillante y jalonada de éxitos, así como a Bodegas Portia por ser un ejemplo impresionante de enoturismo de calidad.
El propio artista Ciria señaló: “Después de varios años sin hacer exposiciones individuales, el volumen de obras y la selección realizada supone el mayor esfuerzo de novedad formal que nunca haya realizado”.
La exposición, que estará abierta hasta finales de año, permitirá a los visitantes de Bodegas Portia contemplar estas obras formato XXL, suspendidas de la impresionante estructura de hormigón en la sala de barricas, durmiendo en los impresionantes botelleros y cubriendo las paredes de hormigón gris de otras estancias.
Familia Martínez Zabala ha desarrollado en los últimos años numerosas iniciativas relacionadas con el arte. Así, sus bodegas han sido escenario de notables exposiciones de varias disciplinas artísticas.
Bodegas Portia es la primera bodega construida por Foster+Partners, estudio de arquitectura de Norman Foster. Inaugurada hace doce años, supone un icono de la arquitectura del mundo del vino, donde la genialidad de diseño permite elaborar vinos únicos, además de ser un lugar donde vivir experiencias fuera de lo convencional.
En Bodegas Portia podrá disfrutar de una experiencia única de unión de arquitectura, arte y vino, ahora con esta fantástica exposición “Tipologías y Paradigmas” de José Manuel Ciria, disfrutando la fusión de vino, arquitectura, arte y gastronomía. ¡Recomendable la experiencia a menos de dos horas de Madrid!
El proyecto y la maqueta de esta bodega han sido seleccionados por Norman Foster entre los más icónicos de las últimas seis décadas de su obra, y por ello están expuestos hasta el próximo mes de septiembre en la mayor exposición retrospectiva de su obra en el Centro Pompidou de París.
ANEXO:
José Manuel Ciria es uno de los artistas más destacados de su generación y una figura central en el heterogéneo panorama de la pintura española de las tres últimas décadas. Desde que en 1984 realizara su primera muestra individual en la galería parisina La Ferrière, Ciria ha trazado una amplia trayectoria jalonada por numerosas exposiciones y premios. En los últimos años, su figura ha adquirido una amplia proyección internacional a través de sus muestras individuales en el Museo de Arte Contemporáneo de Herzliya en Tel Aviv, Israel (2002), Museo Estatal Galería Tretyakov en Moscú, Rusia (2004), Museo Nacional de Polonia, Varsovia (2004), Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en Zacatecas, México (2005), Kunsthalle Museo Centro de Arte PasquArt en Berna, Suiza (2005), Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán en Mérida, México (2006), Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Argentina (2007), Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile (2009), Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) (2010) entre otros muchos espacios museísticos.
De padres españoles (Santiago y Gloria), permanece en Inglaterra hasta la edad de los ocho años; momento en que sus padres deciden regresar a Madrid. Ciria empezó a destacar desde su infancia en su facilidad para el dibujo y la pintura, y después de pasar por varias escuelas y los talleres del Círculo de Bellas Artes, a la edad de 17 años ingresa en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. En segundo de carrera Ciria decide abandonar sus estudios y a afirmarse como autodidacta. En 1994 obtiene la Beca de París del Ministerio de Cultura y en 1995 la Beca de Roma otorgada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. En el año 2001 le es concedida una beca por el Ministerio de Cultura y Ciencia de Israel para preparar dos exposiciones en Museos de Tel Aviv.
Tras una primera etapa ligada a una figuración de carácter expresionista, José Manuel Ciria estabiliza a principios de los años noventa la principal clave poética abstracta: el diálogo entre el fluir azaroso de la mancha y el rigor de la geometría, lo que supondrá la redefinición crítica de las dos herramientas fundamentales de la estética abstracta del siglo XX. A esta primera clave pronto se sumará el interés del artista por la diversidad de los registros iconográficos así como su infatigable labor de experimentación en el terreno de los materiales y los soportes. José Manuel Ciria elaborará a lo largo de los años noventa numerosas series cuyos principales ejes temáticos serán el tiempo y la memoria.
La nueva etapa que Ciria inició en Nueva York a finales del año 2005 supuso un punto de inflexión en su producción, traducido en un proceso de enfriamiento pictórico a partir de la recuperación de la línea como armazón compositivo y la consecuente estabilización de una iconografía ambigua, a medio camino entre lo figurativo y lo abstracto. En sus trabajos más recientes, el artista recupera e intensifica ahora los dos extremos de su vocabulario abstracto: la mancha se vuelve más libre, intensa y dramática, mientras que la geometría del fondo acentúa su rigor constructivo.
El influyente crítico norteamericano, Donald Kuspit, ha dicho de la obra de Ciria: «Me aventuraré a afirmar que José Manuel Ciria es un gran pintor, con ello me refiero a que tiene un dominio absoluto de su medio de expresión y de sus herramientas, la pintura y el vocabulario modernista de la abstracción, tanto gestual como geométrica (…). Observamos claramente un fuerte elemento de fantasía en las pinturas de Ciria, tal como muestran sus figuras: llamémosle ¿ilusionista abstracto?, esto es, crea figuras fantásticas partiendo de elementos abstractos, normalmente de planos gestuales que parecen estar en constante movimiento, sugiriendo así una figura en pleno proceso metamórfico»